viernes, 6 de junio de 2008

Powerpoint Buster: Claro de Luna

El caso es que de vez en cuando, dentro de los ficheros de Powerpoint que me llegan, existen esas historias que te hacen pensar, ¿será verdad? Muy en la línea de los Cazadores de mitos / Mytbusters que se preguntan si realmente es posible que tu coche se incendie si te llaman por el móvil (respuesta: no), a veces me da por hacer una investigación para saber la verdad.

Antes de tener un blog, hice un primer examen por correo electrónico sobre una historia atribuida a Alberto Durero con un éxito absolutamente negativo de crítica y de público... así que he decidido intentarlo otra vez con otro enfoque más neutral, y he aquí mi primer "Powerpoint Buster".

Analicemos la historia sobre la Sonata Claro de Luna, cuya primera versión que he encontrado es aproximadamente de abril de 2006, aunque se puede encontrar por toda la red en varias formas y medidas, y que para facilidad incrusto abajo:



El powerpoint va frecuentemente acompañado por la Sonata que le da nombre, la Sonata para piano nº14 en do sostenido menor, "Casi una fantasía". Que gracias a internet, podemos oír aquí abajo.



Atención ("spoiler alert"): Si te ha gustado la historia puede que no quieras seguir leyendo.

Abreviando, la leyenda trata de que una vida de carencias afectivas combinadas con la sordera, habían convertido a Beethoven en un misántropo incomprendido, y junto con la muerte de un príncipe alemán que había sido su mecenas hasta entonces, le habían causado una profunda depresión en la que escribió testamento, diciendo que iba a suicidarse.

En ese momento, una joven ciega con la que compartía la modesta pensión en la que vivía, le comentó (a gritos, claro, porque se estaba volviendo sordo), que daría todo lo que fuese por poder ver la luna.

Beethoven se conmueve y compone la Sonata "Claro de luna" para que la joven pueda comprender lo bella que luce la luna de noche. A partir de ahí, Beethoven recupera las ganas de vivir y llega a componer el "Himno a la Alegría".

La leyenda tiene un fondo de verosimilitud, porque Beethoven escribió en 1802 (un año después de terminar la sonata) un documento en el que dijo que el conocimiento de que su sordera no se curaría le llevó al borde de la desesperación y a evaluar el suicidio, pero que decidió soportar llevar una vida miserable por el Arte, por todo lo que le quedaba por componer. Es decir, el fondo que sí es cierto es que continuó componiendo para satisfacer a la humanidad.

Sin embargo, varios elementos cruciales que no se corresponden con la realidad histórica tal y como la tenemos documentada (y la vida de Beethoven está muy documentada):
  • Beethoven compuso la Sonata pero el nombre de "Claro de Luna" se lo puso un crítico musical llamado Ludwig Rellstab, cinco años después de la muerte de Beethoven.
  • En realidad la Sonata la dedicó a la condesa Giulietta Guicciardi, de la que en 1801 (cuando terminó de componer esa canción) estaba enamorado. Y no era ciega.
  • Por último, de modesta pensión nada, puesto que a la altura de 1800, Beethoven ya tenía suficiente dinero como por ejemplo, para alquilar ese verano una casa para sí y su sirviente. Beethoven fue pionero en su época al conseguir una independencia económica y una posición desahogada mediante la gestión económica de los derechos de su propia música... casi un precursor del "star system".
  • De hecho, cuando sí que estuvo realmente deprimido fue hacia 1815, que fue cuando dejó casi de componer, creando un hueco en su producción musical. Pero sí, cuando salió de su depresión compuso la Novena sinfonía, que contiene un movimiento coral inspirado en la Oda a la Alegría de Schiller que todos conocemos por ser ahora el himno oficial europeo.
Conclusión: la leyenda es bella, pero no se corresponde con lo que realmente sucedió.

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