viernes, 22 de enero de 2010

Lo que llega a comer la gente: Japón

En Japón, una de las atracciones turísticas más improbables es levantarse a las 5 de la mañana para llegar al mercado mayorista de pescado más grande del mundo, el mercado de Tsukiji (que además trata otros tipo de mercancía perecedera, como fruta, etc.) a ver la subasta de los atunes rojos al borde de la extinción de 5:30 a 6:45 de la mañana. Después de eso, la gente se queda pululando por el mercado, atraído por las mercancías que se venden y la posibilidad de desayunar sushi (además de lo que a algunos les pueda recordar a la película "el mapa de los sonidos de Tokio").

Claro, que tener turistas en un sitio así (es como ir a hacer turismo a Mercamadrid...), conlleva establecer rígidas normas, sobre todo para evitar accidentes y la contaminación de los productos:

si hace mucho calor, uno puede pensar en vestir sandalias en Tokio, pero si piensa en llevarlas a Tsukiji es que le puede a uno el ansia de descubrimiento frente a la preparación h la información previa... Y si ya se va uno con la maleta o la silla del niño, es que no sabe uno lo que hace.

Eso sí, si llega uno a tiempo, puede ver el despiece de los atunes gigantes,



Y si un piensa que lo anterior es una especie de mejillón gigante en vez de una cabeza de atún, al poco tiempo en otro puesto le vuelven a la realidad, porque esto sí que son Mejillones grandes.

Bueno, no se percibe bien la escala, pero cada mejillón mide de 20 a 30 cm (se puede comparar con los langostinos del fondo o el cangrejo). Supongo que una vez cocinado, estará más apetitoso... pero claro, hay quien se come las otras crudas.

Y siguiendo con los mariscos gigantes, yo recuerdo de pequeño jugar con las conquillas en la arena de la playa, a sacarlas de la arena y esperar hasta que saquen la lengua para huir enterrándose. Sin embargo, con estos parientes lejanos yo no jugaría, no vaya a ser que se me lleven la mano...

Eso sí, seguro que con uno sólo se pueden alimentar un par de personas. Todo esto resulta bastante aceptable e incluso probablemente apetitoso para algunos desde Madrid, pero lo que se lleva la palma en comida rara es este dulce encontrado en una tienda de Kyohara:


me aseguraban los locales, que lo saltamontes con miel no eran muy populares... aunque me resulta difícil pensar que los utilicen para castigar a los niños (¿se le puede a uno acusar de maltrato por eso?)

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