Habiendo sido el invierno con más nieve en Madrid de mi vida (el siguiente más nivoso fue en 1964), no puedo por menos de contar la historia de la vaca Paca.
Ella es aún más joven, y por ello este invierno la pudimos fotografiar de esta manera. 
Nadie ha conseguido penetrar en la mente de otra persona más que a través de sus palabras, y desafortunadamente, la vaca Paca no habla como la mula Francis, por lo que nunca podremos saber cómo es que su inexperiencia con la nieve la llevó a tal estado, pero han llegado a mis manos varias hipótesis:
- Si tomamos la conjetura de Poincaré y la aplicamos a una vaca esférica... No, este enfoque tampoco me lleva a ningún lado. Me da la impresión de que las matemáticas no me van a ayudar a librarme de la nieve.
- Esto de comer en campos de fútbol es un rollo, llevo 12 horas rumiando esta hierba y no se deja digerir...
- Si me quedo suficientemente quieta, la nieve no va a notar mi presencia y se irá.
- Sólo tengo que esperar 72 horas más y el calentamiento global me quitará un peso de encima. Es bueno ser una vaca dotada de paciencia.
- ¿Va a durar mucho esta fría y oscura noche? Hace frío...
- Mi prima Francis dice que esto es bueno para la piel, pero la verdad es que empiezo a notar un poco de frío en la cabeza.
- Con este manto de armiño parezco la reina de las vacas...
- Tenía razón Francis, con el rabo se puede quitar, pero sólo de la parte de atrás...
- Me han dicho que me quede aquí vigilando y yo de aquí no me muevo, pero empiezo a dudar si finalmente van a aparecer esos gamusinos con comida.
- Dicen que el frío adelgaza, pero no sé si esto va a tener mucho éxito.
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