sábado, 8 de mayo de 2010

Aquelarre anti-televisivo

El 2 de abril, en una ceremonia secreta sólo para los iniciados, decenas de personas procedieron a la invocación de la eliminación videosónica. Sólo gracias a un intrépido reportero tenemos constancia documental del hecho por sus consecuencias.


Todas esas personas se reunieron en una larga fila, y uno tras otro procedieron a liberarse de sus aparatos de televisión, en una ceremonia de liberación videodependiente. Según el manual de la sociedad secreta, el proceso siguiente consiste en superar las fases de la dependencia:
  • Negación: "yo no lo necesito ni siquiera para ver los telediarios, tengo los periódicos de papel y on-line"
  • Ira: "@#!, me he perdido ese golazo del Real Madrid"
  • Negociación: "Bueno, quizá podría ver aunque sólo fuese un partidito en el bar (o una serie por Internet)"
  • Depresión: "Mi vida ya no va a ser la misma sin Operación Triunfo, no sé si podré sobrevivir"
  • Aceptación: "La verdad, desde que tuvimos el apagón leo muchos más libros"
Claro, que no vale hacer trampas e ir a ver la tele a casa de los amigos... bueno, sí un poquito. Y los que no pueden más, aprovechan para comprarse una nueva del tamaño de la pared, en alta definición para no perderse ni un detalle ni un pelo.

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