lunes, 2 de agosto de 2010

Un primo de Woody

Muchos conocen la serie de películas "Toy Story", de Pixar. Y muchos se acordarán por el reciente estreno de la tercera película de la serie, la tercera. Lo que pocos saben es que la historia tiene un fondo de verdad.
Resulta que por las noches, entre las 2:30 y las 4:00 en la T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, como no hay ningún vuelo, los juguetes y frascos abandonados se enfrentan en un complejas aventuras que ellos mismos se van inventando. El único problema que tienen es que cuando llegan las 4:00, estén donde estén se quedan bloqueados y tienen que parar su juego.
Así que este domingo a las 4:00, Flanger estaba haciendo acrobacias subiendo a los pilares del techo con la preciada joya esmeralda que acababa de arrebatar al Minotauro Holstein, sin tener en cuenta que la subida era más difícil de lo que pensaba y cuando estaba a mitad de camino...


llegaron las 4:00. Y Flanger y la joya cayeron hasta la base. Y ahí se quedaron, intentando que nadie les capture y se vaya con ellos a casa, mientras un equipo de ninjas de peluche entrenados en el arte de la invisibilidad prepara un rescate.


Hay que tener en cuenta que escalar tales alturas, delante de todo el mundo y conservando la invisiblidad, requiere mucho entrenamiento, y es posible que el rescate tarde varias horas en llegar. O incluso días. De hecho, el gran consejo ha elevado la información de la operación de rescate a los grandes creadores para que tejan una escalera de emergencia por si acaso. El principal peligro es que si no es rescatado esta noche, Flanger podría no ser capaz de escapar de las garras de los cíclopes pixelados que patrullan la T4 en busca de tesoros y prisioneros para alimentar su economía de esclavitud.