sábado, 24 de noviembre de 2007

La melancolía circular

En este momento hay en Madrid una exposición temporal dual en la Fundación Caja Madrid y en el Museo Thyssen Bornemisza de obras de Alberto Durero y Lucas Cranach, muy recomendables para los que estén interesados en el tema (a las que fui generosamente invitado ;-).

Cada uno tiene sus limitaciones y las cosas que le llaman la atención. Justo en la primera sala del Thyssen hay un cuadro de Cranach titulado Melancolía. Sin conocer demasiado la teoría detrás del cuadro, me llamaron la atención los niños (¿amorcillos?) jugando con la esfera: dado que la esfera parece de piedra claramente no van a poder moverla, y además sus pies corren claramente peligro, así como los de la melancolía (confío en el instinto de los pájaros).


Sobre todo, ¿qué tiene que ver la melancolía con jugar con esferas? Un poco más adelante, en esa misma sala, el enigma se incrementa: hay una segunda obra titulada Melancolía, esta vez de Durero.

Esta vez, no sólo hay una esfera, hay también múltiples herramientas e incluso un cuadrado mágico en la pared

Dos de las curiosidades de este cuadrado mágico son que está arreglado para que señale el año de creación del cuadro (1514) y que según la Wikipedia es el primer cuadrado mágico en el arte europeo...

Claramente esto requería un poco de investigación (googling, en inglés). Parece ser que el cuadro de Durero representa a la vez dos cosas: un estado anímico (que parece que hoy se identifica con la depresión) y un tipo de persona, los melancólicos, que cuando no están dominados por la melancolía son muy hábiles con las artes y las ciencias (véanse todas las cosas alrededor de la melancolía alrededor del cuadro de Durero).

Siguiendo con la investigación, parece que la teoría de los melancólicos está derivada de teoría de los humores de la antigüedad clásica, de Galeno e Hipócrates. Lo más curioso es que en esa teoría, las personas tienen un carácter de acuerdo con el fluido (humor) humano que les domina (colérico, sanguíneo, flemático y melancólico). Sin embargo, los melancólicos están dominados por la bilis negra (que es lo que significa melancolía en griego -- bilis en latín = coles en griego), un fluido que realmente no existe (a diferencia de los otros tres: bilis, sangre y flema), aventuro que los griegos lo identificaron erróneamente para que les encajara en una teoría más simétrica. Como para fiarse.

Esa teoría de que la melancolía / depresión era causada por la bilis negra no se podía sostener y perdió fuerza pasado el siglo XVII tras los estudios de Thomas Willis, como por ejemplo se puede ver en este cuadro de Joseph-Marie Vien, titulado "La dulce melancolía"


ejecutado ya en el siglo XVIII, donde lo único que podría recordarnos a los anteriores es el libro... pero ya no hay esferas. Esto nos lleva de vuelta a Madrid, porque justo ahora también hay una exposición de elementos decorativos del siglo XVIII que reflejan el "gusto a la griega", es decir las tendencias clásicas, que precisamente termina con un cuadro de Joseph-Marie Vien, que igualmente ha llamado mi atención: la Vendedora de Amorcillos.

Y aunque el tratamiento es totalmente desenfadado, el cuadro podría tener dobles sentidos... ¿o no?

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