lunes, 28 de diciembre de 2009

Calling around the world: Lo que quieren (algunas) mujeres

El domingo, justo antes de tener que anticipar mi salida de Tokio porque alguien bienintencionado me había adelantado el vuelo para poder invitarme a comer comida china, encaminé mis pasos hacia Harajuku. La guía comentaba que se reunía la tribu de los "Cosplayers", pero llegando allí sólo me encontré devotos japoneses llevando a sus hijos al templo... con atuendos que rivalizan en comodidad con los tacones de aguja para andar sobre la gravilla del camino.
Desistiendo de encontrar gente disfrazada de otra manera, me llamó la atención una aglomeración al otro lado de la estación.


Al acercarme, quedó bastante claro: era una cola.

Sin embargo, siguiendo su trazado serpenteante, llegué a la cabecera, que sin embargo terminaba en la entrada de una calle.

Al cabo de un cierto tiempo de rascarme la cabeza sobre el destino de esa cola, un evento me sacó de dudas: unos pocos selectos de la cabeza de la cola eran encaminados a través del callejón. Pero, ¿cuál era su destino?

Pues no puedo detallarlo más gráficamente que con este letrero, ya que a la entrada de la tienda de Johnny's no se permite hacer fotos.

Y tampoco me aclaró demasiado, ya que la encargada de la entrada sólo hablaba japonés y claro, la pregunta de ¿qué venden aquí? le debía de sonar a cachondeo... Pero sí que quedaba claro una cosa: debía de ser algo que atraía fundamentalmente a un público femenino.

Armado de esta única información: Johnny's y Tokio, me aventuré por Google y Wikipedia, donde la investigación no fue fácil, ya que Johnny es un nombre muy común y había muchos foros en los que mujeres comentaban que les encantaban sus Johnnys, había hasta páginas de fans, pero no aclaraba qué tipo de prenda era (¿unos vaqueros?).

Pero finalmente un club de fans en japonés terminó de aclarármelo: se trata de Johnny & Associates, una fábrica de cantantes masculinos andróginos con mucho éxito entre las quinceañeras japonesas. Y digo fábrica, porque Johnny se dedica fundamentalmente al cultivo de algo que yo llamaría "geishos", hombres cultivados en el baile y el canto, en una organización fuertemente jerarquizados, en el que periódicamente los maestros escogen a los más carismáticos y se crea un grupo que se lanza comercialmente a la venta (los menos carismáticos forman el ballet y los coros).

De aquí por ejemplo salió hace ya años (coincidiendo con mi primera visita a Japón), Smap!, el primer grupo japonés que además fue un refresco (literalmente, no es que los chicos refresquen a sus fans con abanicos).

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