Pero claro, no todo el mundo lee la parte de atrás, así que algunos se han hecho más valientes y directamente añaden publicidad en la parte de delante. Por ejemplo, véase una factura de taxi: no son muchos los datos que hacen falta, y normalmente hay mucho espacio en blanco. De hecho, a mí normalmente los recibos de los taxis madrileños no me caben bien en la cartera. Pero ellos aún no se han dado cuenta...
Sin embargo, en otros países sí, y claro... aquí empiezan los problemas. Porque, ¿qué tipo de publicidad es la que se puede dirigir a alguien que toma un taxi en el aeropuerto? Bueno, pues resulta que un poco de todo, pero ese todo incluye algunos anuncios que no te gustaría ver en un recibo de taxi. Véase si no, un ejemplo:
En fin, espero que me sirva de algo tener testigos, que también estaban en el taxi conmigo. Ummm... ya me veo la respuesta: "Sí, sí, en el 'taxi'".
Bueno, al final la mejor solución ha sido destacar la palabra taxi con un rotulador fosforescente para desviar la atención... ya os diré si no pasa.
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