Pasas al lado de un coche que se ríe de ti maliciosamente, como si supiese que algo malo te va a pasar.
Luego vas de excursión a Toledo, buscas el museo de la cultura visigoda y una señal de Coca Cola te indica cuál es tu destino último
Y claro, el museo no aparece por ninguna parte, a pesar de que lo tienes delante de tus narices. Tras dar una vuelta y media a la manzana sin encontrarlo, te das por vencido. Al volver a casa, te enteras de que está alojado en la Iglesia de San Román que está de obras, y las vallas de la obra te tapan la entrada.
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