lunes, 29 de septiembre de 2008

Iniciales

Ha sucedido antes que alguien, cegado por el amor, marque un árbol anónimo para dejar testimonio de su alegría.

Pero, ¿poner unas iniciales en una baldosa del suelo con una sierra radial?

¿Ana? ¿Amanda? ¿Africa?

Si alguien tiene curiosdidad se puede ver aquí

jueves, 25 de septiembre de 2008

8:41 gominola de Coca Cola

En un pequeño conjunto de despachos y viviendas de nuestro sistema solar, es entregada de vez en cuando una gominola de cocacola. Sí, de esas que son mitad verdes y mitad marrones. A veces es al revés, una botella de coca cola llena de gominolas (tanto monta, monta tanto). Es una tradición que se remonta al siglo IX de la tierra, en concreto al año 841 de nuestra era. Claro, que en esa época no existían gominolas y se usaban Tirupati Laddu, unas bolitas dulces y pringosas populares en el sur de la India durante el reinado del rey Amoghavarsha I.

El siglo pasado esta tradición fue incluida en la película "Los locos de Cannoball" como un guiño a los entendidos por parte de un ex-participante para protegerse de las posibles represalias de abandonar el exclusivo club planetario. La película trataba de una carrera mucho más sencilla, únicamente recorrer el continente norteamericano de costa a costa. Y es que en todo nuestro sistema solar, la gominola de coca cola señala el comienzo de una nueva carrera planetaria alrededor del sol.

Amoghavarsha fue uno de esos reyes que promovieron mucho el avance de sus culturas, incluso publicando el libro de crítica literaria "kavirAjamArga" como si fuese suyo (aunque las malas lenguas dicen que lo escribió a medias con uno de los poetas de su corte). Así que cuando sus astrónomos del observatorio de Manyakheta empezaron a detectar señales procedentes de los otros planetas del sistema solar, el rey se entusiasmó. Afortunadamente los matemáticos jainistas del reino (entre ellos el famoso Mahavira inventor de los números imaginarios) sólo tardaron un par de años en descifrar el código que les permitió a partir de entonces comunicarse con otros planetas.

Sin embargo, se sorprendieron mucho cuando tras varios años de comunicarse con los habitantes de Venus y Marte recibieron el siguiente mensaje "os desafiamos a una carrera planetaria". Una carrera no alrededor de un planeta o varios, sino una carrera DE planetas alrededor del sol. Pero en aquel entonces Amoghavarsha se podía permitir algunos de los mejores científicos e ingenieros del planeta, así que les puso a trabajar y en el año 841 (su 41 cumpleaños) ya estaba listo para competir.

Gracias a un proyecto cuyo tamaño nunca ha vuelto a ser superado en la tierra, los ingenieros desarrollaron la teoría de la gravedad, rellenaron el planeta de un motor gravitatorio y el suficiente lastre para poder ganar las primeras carreras. Sin embargo, los Venusianos consiguieron preparar su planeta a base de crear una densa atmósfera para evitar la radiación y un motor capaz de situarlo en una órbita más cercana al sol, consiguieron ganar las carreras durante las siguientes 100 vueltas.

Esta humillante trayectoria de derrotas para la tierra indignó al emperador Renzong que en 1041 encargó el desarrollo de un nuevo motor al laboratorio de su científico principal, Su Song. Ahí consiguieron disminuir el tamaño del motor, eliminaron la necesidad de una atmósfera exterior y lo colocaron en el segundo satélite terrestre. El golpe maestro no fue tanto maniobrar el satélite hasta la órbita más cercana al sol posible (creando el planeta que hoy conocemos como Mercurio), como convencer al club para conseguir el estatuto de planeta para permitir a un satélite participar en la carera. De hecho ningún otro participante lo volvió a conseguir, como atestigua la triste historia de Plutón: un satélite de Neptuno que se salió de órbita tras apagársele el motor por falta de financiación, al no ser aprobada su participación.

Para celebrar la publicación de la Narratio Prima con la exposición de las teorías heliocéntricas de Nicolás Copérnico en 1541, que la sociedad recibía como un reconocimiento a su trabajo, y para neutralizar las ventajas de los planetas interiores; el reglamento de la carrera cambió para dar el triunfo a la carrera que mayor reducción de tiempo consiguiense respecto a su carrera anterior, cambiando la presión de la ingeniería desde los motores gravitacionales, cuya capacidad está muy limitada por la propia teoría de gravedad a toda la superficie del planeta, mareas, satélites, vientos solares.

Desde entonces el centro de control de Atlántida es el punto de tecnología más sofisticado del Planeta, intentando equilibrar las mareas con los vientos solares y la temperatura de la superficie para conseguir esos milisegundos que podrían darles el triunfo, aunque se derritan algunos glaciares o haya alguna tormenta tropical de más.

¿Y la gominola de cocacola? La tradición se origina en el undécimo cambio del símbolo de la carrera (1941, se cambia cada 100 vueltas), en medio de la segunda guerra mundial, como una ironía de la guerra: la coca cola es el símbolo dulce de los Estados Unidos, y las gominolas fueron inventadas en Alemania por Haribo en 1922, así que la Coca Cola de gominolas es el símbolo de la paz que se resistía a venir.

Así que si veis a alguien que os ofrece una, ¡igual os propone que participéis en la carrera de este año!

lunes, 22 de septiembre de 2008

Pequeñas obras de arte abandonadas

No muy lejos de la última aparición de la glorieta de Nueva Celanda, me encontré el otro día con esta pequeña rana verde abandonada.


Es sólo un pequeño misterio, no porque esté perdido, ya que los niños pierden juguetes todos los días, sino porque ésta parecía más dejada con cuidado que perdida, como si estuviese destinado a que alguien lo adopte. Al igual que la glorieta, también desapareció a los pocos días.

Un caso levemente diferente es éste, donde alguien convirtió un par de bolas de nieve en un pequeño diablo blanco.


¿Quién deja estas pequeñas obras de arte? ¿Cuál es su motivación? Mientras tanto, sólo nos quedan los misterios...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

La cosecha de luz viene multicolor este año

Dentro de las actividades festivas del ayuntamiento en septiembre, se encuentra una visita a los campos de cultivo de luz que ya están listos para la cosecha. De hecho, todas las noches hay varias cosechas de las 10.000 Petunia Nyctaluciflora que están plantadas en el manzanares, algunas multicolores

y otras de un color específico, como estas amarillas.

Con una producción tan abundante, estas Navidades estaremos en posición para competir con otras ciudades por el título de ciudad de la luz con la que actualmente (¿mercidamente?) goza de ese título.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Las glorieta fantasmas de Nueva Celanda y José Moñino

Hace tiempo, me llamó la atención la aparición de un extraño cartel en la glorieta de Íñigo Cavero, que la siguiente que pasé por ahí había desaparecido, dando origen a la leyenda de la glorieta fantasma de Nueva Celanda.

Yo pensaba que lo habría soñado, pero el 10 de agosto por la tarde, que volvió a aparecer ya me encontró con el móvil a mano y decidí hacer una foto, que no salió muy bien pues tenía el sol de cara (eso les suele pasar a todos los fantasmas, que sus fotos salen mal).

Como se puede ver ampliando la foto, el cartel originalmente tenía otro nombre pegado encima, aunque no sabemos si era para corregir la ortografía o para otro propósito. Probablemente nos quedaremos con el misterio para siempre. Sí que parece que el cartel de debajo podría ser de la calle de Nueva Zelanda, que sí existe (pero mal escrita).

Investigando en las noticias, parece que en mayo de 2007 todavía había algunos que seguían llamando glorieta de Nueva Zelanda (que no Celanda), a la que el ayuntamiento decidió dedicar a finales de noviembre de 2005 a Isaac Rabin, aunque no la inauguró hasta el año siguiente. Por tanto, desde entonces parece que la glorieta se ha convertido en un fantasma que, víctima de la mala ortografía, aparece y desaparece en otros lados (y no parece que sea obra de SpY).

Este verano, con el tráfico muy desahogado, en el camino desde el trabajo, pensé que volvía a suceder y veía otro fantasma, al indicarme una señal de la A-1

(J.Moñino 3 min, por si no se lee bien)

En mi inmensa ignorancia (dado el tamaño del conocimiento, toda ignorancia es infinita), yo pensé que conocía las carreteras de esa zona de Madrid y lo primero que pensé es: "alguien ha aprovechado el verano para gastar una broma con los carteles".

Cuando el cartel seguía apareciendo los siguientes días, decidí investigar, y no era una broma. Por lo visto José Moñino es más conocido como el Conde de Floridablanca, entre cuyas actividades podríamos destacar el ser el fiscal que actuó contra los instigadores del motín de Esquilache, el embajador ante el Vaticano cuando Clemente XIV disolvió la Compañía de Jesús y ser el ministro de Asuntos Exteriores (aunque entonces se llamaba de otra manera) cuando España apoyó a los independentistas norteamericanos en su guerra contra Gran Bretaña...

Por todo eso le han decidido dedicar otra plaza en la misma calle (30) que la de Isaac Rabin, la más cercana a la N-I, la razón por la cual se utiliza como punto de referencia para dar distancias. Sin embargo, en algún sentido sí que es también otra glorieta fantasma: No está documentada (todavía) en Google

Aunque sí está, obviamente, en el callejero oficial de Madrid, que es toda una manifestación on-line contra la censura (No me calles).

martes, 9 de septiembre de 2008

El misterio de la empuñadura imantada 2

<demasiada filosofía>

Filósofos a lo largo de la historia han intentado ilustrar cuáles pueden ser los límites del conocimiento humano.

Un razonamiento que suelo hacer, como filósofo aficionado, es que siendo criaturas limitadas, nuestro conocimiento es necesariamente limitado. Y como estimo que la cantidad de información del universo es en la práctica infinita, si lo consideramos en el espacio y en el tiempo, queda claro que nuestro desconocimiento es infinito

Dentro de saber que lo que no conoces es infinito, se puede vivir porque la mayor parte de lo que desconocemos tampoco sabemos que lo desconocemos, ni sabemos que parte de lo que conocemos está mal.

Pero existe algo mucho más intrigante: los misterios. Su existencia es más incómoda, porque es algo que querríamos saber y probablemente nunca sabremos. Por que es indudable que hay cosas de las que la información se puede perder para siempre, por culpa de la segunda ley de la termodinámica. Y parece que está en la naturaleza humana el conocer aquello que se nos oculta (lo llamamos curiosidad).

</demasiada filosofía>

Bueno, pues los pequeños misterios de nuestra vida están repartidos por todo el mundo. Recientemente en mi viaje a Canadá encontré que el misterio de los cuchillos con empuñadura imantada no está restringido al restaurante de mi empresa. Eso sí, la magnetización era menor, pero los camareros ignoraban la razón de igual manera.