viernes, 29 de mayo de 2009

Patopatía

Esto tiene que estar relacionado con publicar fotos íntimas de Neptuno en su baño.

Hace poco estaba de viaje en un hotel extranjero, y recibí la primera señal: ahí estaba en el baño, esperando mi llegada.

Como el hotel también anunciaba la disponibilidad de ositos de peluche como accesorios, pensé que sería una costumbre local... y luego alguien me confirmó que efectivamente así era: había ido de visita al país de los patos de goma, donde son un accesorio de baño indispensable. Con la pinta de serios que tenían...

Sin embargo, doce días después visité una exposición de Antonio de Felipe en la Casa de Vacas del Retiro titulada "Popsport" y ahí otra vez aparecieron los patos...

Claramente han encontrado la manera de colarse en el cuadro o en la mente del escritor... o son un complemento de la cultura contemporánea (el pintor es definitivamente valenciano, por lo que no procede del país de los patos de goma).

Pero claro, cuando seis días después ya me los encuentro en un escaparate cuando estaba de vuelta de ir a la compra empezé a pensar que eran demasiadas coincidencias

Aquí claramente Neptuno estaba forzando la máquina, porque mientras uno puede nadar con su pato de goma favorito si eso te sirve para nadar más rápido, ¡nadie se va a la playa con su pato de goma! ¿Y si se pierde en el mar?

Pero ya sólo tuve que esperar tres días para tener la aclaración. Resulta que han potabilizado el agua que ya dije que se usaba para dirimir las discusiones antes de encontrar mejores métodos, y ¿a quién me encuentro?

Efectivamente, un par de directivos que sufren patopatía (una inexplicable transformación en pato) a consecuencia de las maldiciones de sus empleados y sus jefes. Y ahí están, mirando con cara de pato a sus antiguos colegas a ver si pueden curarles la enfermedad. Su única posibilidad es manipular las mentes de modo que gradualmente la gente vaya tomando cariño a los patos, porque parece que la patopatía sólo se cura con un beso cariñoso de un ex-colega... y hay muchos que no olvidan.

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