lunes, 10 de noviembre de 2008

La vida y muerte de una idea

El otro día, en la exposición Estampa, al ver esta pieza de arte

unos amigos me animaron que escribiese una entrada sobre cómo el otro día, en la exposición Estampa, al ver esta pieza de arte

le hice una fotografía y posteriormente reflexionaba cómo las ideas surgen en el momento que menos esperas, como el otro día, cuando en la exposición Estampa, al ver esta pieza de arte

le hice una fotografía y posteriormente mientras me tomaba un baño me puse a pensar que en realidad a pesar de la recursividad la idea no llegaría demasiado lejos, y la idea acabaría su momento de gloria colgada para iluminar un mostrador de la feria

Pero, ¿nacen todas las ideas así? La verdad es que no he encontrado demasiado científico, pero en esta publicación está el resultado una encuesta informal (los creativos son siempre un poco informales), en el que entre otros resultados se comenta que una buena parte de las ideas surgen de la colaboración y discusión de los problemas con colegas.

Sin embargo, y al igual que en otras encuestas, otra manera frecuente de tener ideas es cuando uno no se lo espera: conduciendo o yendo al trabajo, fantaseando o ¡duchándose! (supongo que porque bañarse ya no es políticamente correcto).

Claro que abajo del todo está una de las fuentes de inspiración más tradicionales: los sueños.
Y hablando de aniversarios e ingenios, ayer también fue el día del inventor, establecido por el nacimiento de Hedy Lamarr, probablemente la inventora más guapa de la historia (aunque probablemente la menos famosa por su co-invento).

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